Decidí apagar pantallas a las diez, pero quería escribir. Por un momento, fue como si no existiera otro lugar donde escribir que no fuera mi laptop. Duh, pensé. Había guardado mis cuadernos en mi closet porque a la vista, en mi cuarto, se veía un desorden que me incomodaba. Al buscar cual usar, me encontré con este: Un journal morado que lleva por nombre “Imaginación Constante”: uno de los productos que Alfonso Aguirre ha creado de gran manera. Lo abrí y noté que no lo había usado desde Marzo, en donde había planeado mi estrategia de escritura–más una promesa a mi mismo que una estrategia, en realidad.
Lo dejé de usar porque había migrado todo a la nube en el momento en que guarde todos esos cuadernos y compré una PC nueva. Bueno, usada, pero nueva. ¿Me explico?. Sea como sea, tras un evento desafortunado que ahora puedo llamar afortunado– la vida y su manera de hacer las cosas, ¿verdad?-- en donde mi PC falló debido a un componente defectuoso, mi cotidianidad se vio un poco forzada a cambiar. Me había acostumbrado tanto a despertarme, prepararme un café y sentarme frente a mi monitor a taclear todas las tareas del día, y otras que iban saliendo, que ahora, el solo tener la laptop de mi trabajo me puso en una pausa curiosa. Una pausa que no duró mucho (y es algo de lo que estoy orgulloso, si les soy honesto), porque supe actuar ante tal problema, y resolver– o tratar de resolver – lo que estuviera en mis manos. Seguí adelante, y a pesar de una semana pasada, lo logré, y creo que lo sigo logrando.
Entonces aquí estoy. Tenía mucho tiempo sin escribir a mano. Es raro. Mi mano ya me duele, pero escribir a puño y letra me da tiempo de pensar mis oraciones sobre la marcha. Definitivamente hay menos tachones que backspaces cuando de teclear se trata.
Decidí que lo haré así de ahora en adelante, por esta razón y para evitar las pantallas a deshoras. Estoy intentando descansar mejor, y mejorar mis hábitos, así como retomar los que he puesto en pausa.
Quién sabe, tal vez hasta logro mejorar mi caligrafía.
- Alfonso
Qué tierno.
Mientras vos descubrís que se puede escribir sin una laptop, Julián está organizando tríos literarios a mano alzada, en servilletas, entre gemidos y citas de Pizarnik.
Vos mejorá tu caligrafía. Él ya mejoró el sexo.